Langostinos, gambas y camarones todos ellos pertenecen a la familia de los crustáceos y se caracterizan por tener un caparazón que les sirve de protección durante toda su vida.
En nuestro país este tipo de marisco es muy apreciado y consumido y se emplea en la elaboración de multitud de platos. Podemos consumirlos solos, simplemente cocidos o a la plancha, pero también podemos combinarlos con otros alimentos en todo tipo de guisos, caldos o arroces e incluso como acompañamiento de carnes, pescados o en ensaladas.
Sólamente hay que elegir el tipo de crustáceo que preferimos y con un poco de imaginación y tiempo lograremos unos platos deliciosos que sin duda triunfarán en nuestra mesa.
Eso si, como siempre os aconsejamos, debéis aseguraos de que el marisco que adquirís es fresco y de calidad. Las piezas deben tener buen aspecto (que no tengan partes rotas o estropeadas), color (que esten brillantes y con color vivo) y olor (no deben oler fuerte). Por esto nuestro consejo es que compréis en el mercado, en vuestras tiendas de confianza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario